En resumen, las máquinas aniquilarán millones de puestos de trabajo en los próximos años, pero la IA también creará nuevos puestos de trabajo que hoy ni siquiera podemos imaginar.
Texto de Pyr Marcondes, Socio Senior de Pipeline Capital
No será una lectura fácil.
2041 es un libro brillante sobre cómo la inteligencia artificial cambiará radicalmente todo en nuestras vidas en el planeta.
Los autores, dos chinos, son Kai-Fu Lee, científico, megainversor de Silicon Valley, profundo conocedor y desarrollador de la IA; y Chen Qiufan, sutil y sofisticado maestro de la narración de ciencia ficción, también un sólido experto en IA.
Los dos se conocieron trabajando en tecnología en Google.
La idea del libro fue de Kai-Fu. Sugirió los grandes temas, discutieron el enfoque y el mensaje, y Chen escribió.
Hay diez capítulos, cada uno sobre un aspecto de cómo será la IA en 2041.
No voy a nombrarlos todos, porque la lista es inmensa, pero están ahí, con un profundo tratamiento técnico y conocimiento científico, además de una prosa elaborada, diez historias de ficción de un futuro próximo, inminentemente real, seguidas de tecnología. análisis sociológicos de Kai-Fu: aprendizaje profundo, big data, visión computacional, redes neuronales convolucionales, deep fakes, redes generativas adversarias (y aquí vemos hacia dónde pueden conducir GPT-5 y sus desarrollos), procesamiento del lenguaje natural, robótica, realidad aumentada, virtual y mixta, computación cuántica, blockchain…etc.
En general, en opinión de los dos autores, prácticamente todo lo malo que proyectamos hoy sobre la IA sucederá. Pero ambos son optimistas. Creen que la IA por sí sola resolverá los problemas que inevitablemente causará.
Me centraré aquí únicamente en el capítulo ocho, “Job Savior”, sobre la tragedia del empleo en una economía impulsada por la IA.
En definitiva, no nos engañemos: las máquinas aniquilarán millones de puestos de trabajo en los próximos años.
La IA también generará nuevos puestos de trabajo, que hoy ni siquiera podemos imaginar. Pero el balance, con el tiempo, es desastrosamente negativo para los seres humanos.
Las máquinas y los algoritmos, nos advierte el libro, dominarán casi todo. La IA superará a los humanos en el 80% de las disciplinas y actividades de las sociedades. Y, en muchos casos, realizará operaciones que nos resultan ininteligibles.
Como nos advierte preocupantemente Kai-Fu, la IA no sólo promoverá el desempleo masivo, sino que como resultado de ello, también causará graves problemas sociales como depresión, suicidios, abuso de drogas, un aumento aún mayor de la desigualdad social (otro punto claramente resaltado por los autores) y el malestar social.
Vea los dos diagramas en qué áreas de trabajo se producirán los mayores impactos.
¿Y ahí? ¿Callejón sin salida?
De alguna forma. Como creen los autores, el IS (inteligencia Sapiens) hizo una mierda, la IA arregla una mierda.
Pero la salida, destacan, es terriblemente difícil. Posible, pero a juzgar por la historia de la humanidad hasta el momento, desafiantemente improbable.
Las tres principales posibilidades que tenemos (además de cientos de otras de apoyo) son (la síntesis y elección, a pesar de inspirarme en ellas, son mías):
1. En primer lugar, regulación e incentivos. La regulación por sí sola no funcionará sin incentivos. A nivel global, entidades internacionales y gobiernos crean un mercado con incentivos para que las empresas desarrollen IA que aborden la solución a la inminente crisis de empleo y fuerza laboral. El mercado proporciona soluciones y el mercado absorbe la fuerza laboral.
2. En la misma línea, y en el mismo mercado, los organismos internacionales y los gobiernos también alientan a las empresas a reciclar y preparar, a escala global, la fuerza laboral para los cambios, preparándola tecnológicamente en disciplinas y actividades con mayor probabilidad de supervivencia o incluso de expansión de demanda futura;
3. Renta Básica Universal (RBU). Las economías globales se unieron en un banco común, que reúne gigantescos recursos financieros para garantizar un ingreso mínimo básico para los inevitables millones de desempleados. No es una solución: es la admisión de la capitulación humana frente a la abrumadora supremacía de las máquinas. Y ayuda humanitaria a las víctimas.
Recientemente, el Foro Mundial publicó un estudio en el que crea las bases de estructuración, operacionalización y regulación de los bancos centrales digitales (en muy poco tiempo, lo serán todos) y sus monedas nacionales tokenizadas (cada uno tendrá la suya, Brasil ya tiene Drex). Todas las economías operarán integradas en blockchain bajo estándares y conductas comunes. Por lo tanto, desde el punto de vista fiscal, financiero y de infraestructura tecnológica, el banco y el mercado que propongo tienen sus primeras bases ya prefactibles.
La IA puede, sin duda, resolver el desafío del trabajo, así como el calentamiento global, las pandemias recurrentes, la crisis sistémica internacional de salud y hambre, y otras preocupaciones y desafíos de la humanidad contemporánea.
En estos casos, Sapiens cometió un error y la IA lo solucionó.
Vivimos en la antesala del enorme asombro. Veamos qué nos depara la historia.
Texto de Pyr Marcondes, Socio Senior de Pipeline Capital. Publicado originalmente en Meio & Mensagem.
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