Texto de André Zimmermann, Senior International Partner da Pipeline Capital.
Después de una semana intensa en Austin, Tejas, vuelvo de mi octava participación en el SXSW, que para mí es el mejor y más completo festival de innovación y tecnología del mundo.
Este año SXSW han sido 4.045 eventos durante el festival, de los cuales 1.725 sesiones de conferencias (presentaciones o paneles), cada una de una hora, distribuidas por docenas de hoteles y centros de conferencia por toda la ciudad. Las sesiones están organizadas por temas, como por ejemplo cambios climáticos, inteligencia artificial, design, creator economy, HealthTech, moda y belleza, futuro de la comida, movilidad, evolución de los locales de trabajo, energía, participación ciudadana, ética, psicodélicos para tratamientos de enfermedades y traumas, videojuegos y SportsTech y cada asistente escoge los que más le interesan y puede, entonces, profundizar sus conocimientos en sesiones largas y casi siempre con opción de interactuar con los presentadores en algún momento de la sesión.
En mi caso traté de equilibrar sesiones que me interesaban por temas profesionales, como la convergencia de tecnologías, los negocios globales y multiculturales, el avance y las aplicaciones prácticas de la inteligencia artificial y las innovaciones en ciberseguridad, con sesiones de temas que me preocupan a nivel más personal. Como los impactos de los cambios climáticos, la transformación del trabajo con la inteligencia artificial, los aumentos de desigualdad social generados por los gaps tecnológicos y la urgente necesidad de promocionar una mayor diversidad en las industrias de la tecnología y del venture capital.
La convergencia de tecnologías fue uno de los temas centrales en el festival de este año, sobretodo después de que Amy Webb, la futuróloga más celebrada por el festival y por la comunidad de la innovación y la tecnología, incluyera esta en su listado de 16 tendencias para el 2024. Yo estuve en una sesión llamada “La Era de los Wearables de Computación Espacial & AI está aquí”, en la que Cathy Hackl, CEO de Spatial Dynamics, habla de la convergencia de la computación espacial con la inteligencia artificial y claramente demuestra como el potencial de una aumenta considerablemente cuando combinada con la otra, validando la tesis de Amy Webb.
La computación espacial ya es, por si sólo, un concepto que incluye diferentes tecnologías, como la realidad virtual y la realidad aumentada, para crear sensaciones de realidades mixtas o extendidas, o sea la ampliación de un campo de visión físico, con elementos virtualmente insertados, que complementan informaciones y mejoran la experiencia de los usuarios.
Ahora, imagínese lo que esta tecnología, combinada con toda la capacidad de personalización real time que la inteligencia artificial trae para todo tipo de búsqueda por contenido, puede hacer para mejorar todavía más la experiencia de las personas. Por otro lado, sabemos que el éxito de cualquier modelo de inteligencia artificial depende mucho de los inputs de datos que recibe y cuanto más amplio el campo de captación de los datos, más inteligente se hace la AI.
Con eso, sumando todas las informaciones visuales que los gadgets y wearables de computación espacial van a captar, a partir de las visiones de las personas que los estarán usando, hay fuentes de datos de mucho valor que nutrirán las AIs y las mejorarán. Cathy dice que les vamos a dar ojos a las AIs, vamos darles capacidad de visión.
Por supuesto hay también muchos retos en estos procesos de convergencia de tecnologías, que pasan por discusiones y regulaciones necesarias en temas como la privacidad de los datos, los derechos sobre los contenidos, la manipulación de datos y los varios bias de las tecnologías que todavía no tienen un uso democrático y siguen estando en manos de pocos.
Un tema más práctico, que también me llamó la atención, es la aplicación de la inteligencia artificial generativa a la creación de interfaces de navegación totalmente personalizadas y controladas por las personas en ambientes transaccionales.
En la sesión “Real-time UIs: The Future of Human-Computer Interactions” Brian Fletcher, CTO de Huge, enseñó varios ejemplos en los cuales ya es posible crear experiencias de navegación con personalización en tiempo real, en las cuales los prompts son escritos por el usuario que está navegando por la plataforma y escribe sus deseos y preferencias, creando una experiencia visual y de navegación que atende totalmente a sus necesidades en aquel momento.
Por ejemplo, una persona buscando un nuevo piso, podría pedir que la búsqueda incluyera criterios como escuelas de design ubicadas a 5 kilómetros del inmueble o opciones de piscinas para práctica de natación en la región y los resultados no solo podrían incluir estas variables, como también traer fotos y datos sobre estos pedidos en la pantalla del usuario.
Este cambio de aplicación de la personalización de experiencias, dando a los usuarios el control a traves de la IA, según el ponente, quita el sentimiento de constante manipulación por parte de las marcas, intentando empujar las opciones que más les convienen a las personas, creando experiencias verdaderamente personalizadas en tiempo real, que aumentan en hasta el 46% los ratios de conversión y en hasta 10 veces la preferencia de marca.
Por último, confirmando la visión global que el festival SXSW busca traer cada vez más, he visto unos cuantos paneles que trataban de los negocios que cruzan fronteras, de las colaboraciones entre compañías que están en distintos países, del off shoring y del near shoring y todos los aspectos culturales, comerciales y fiscales que están incluidos ahí. Es un tema que me ha seguido a lo largo de toda mi carrera, siendo como ejecutivo en multinacionales, como emprendedor de varios negocios internacionales o en los últimos años como socio de M&A en Pipeline Capital.
Una vez más me ha quedado claro en las sesiones que vi que los aspectos humanos en este tipo de relaciones interculturales son tan importante o más que los aspectos más operativos y burocráticos. Y para eso, la experiencia personal y el trato humano todavía no pueden ser sustituidos por ninguna inteligencia artificial. Hace falta empatía y mano izquierda, capacidades en las que, de momento, seguramente somos mejores que las máquinas.
Texto de André Zimmermann, Senior International Partner da Pipeline Capital.
Originalmente publicado en Programaticaly.